Es entre todas las cosas
que la vida me ha enseñado
privarse de todo enfado
una de las más hermosas.
Dime para qué enojarse
con los males y las penas
del dolor y sus cadenas
si lograron ya quedarse.
Prefiero ver los colores
como en los días antaños
y seguir cumpliendo años
en silencio y sin rencores.
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