Temblando de frío llegas,
llorando de amor, mi Bien,
y de nuevo es en Belén
donde a todos nos congregas.
¿Por qué si a la Muerte ciegas
con Tu divina venida
nos das de nuevo la Vida
entre Tus brazos abierta?
Tu Portal llama a mi puerta
que abro con fe encendida.
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